EL MANDARÍN
Novela publicada en 1880 por el escritor portugués Eça de Queiroz
Personajes: Teodoro, Demonio.
FICHA
Editorial: Libros del Zorro Rojo
Formato: Tapa blanda
Año: 2013
Páginas: 94
Precio: 12 euros
Podríamos decir que estamos ante un cuento fantástico que en el fondo nos presenta una moraleja. Quizá por este hecho el relato de Eça de Queiroz provocó ciertos recelos entre la crítica de la época por no ajustarse a los parámetros establecidos por el propio autor a lo largo de su trayectoria: el realismo imperante en esos momentos (fines del siglo XIX).
La trama es la siguiente: Teodoro (narrador y protagonista del relato) recibe la visita del Demonio que le ofrece las riquezas del Mandarín a cambio de que toque una campanilla. En el momento que lo haga el Mandarín morirá y él recibirá la herencia. Por supuesto que Teodoro tocará la campanilla y al mes recibirá la herencia. He calculado que la herencia podría equivaler aproximadamente a unos 5.300 millones de euros actuales. Para calcularlo he equiparado el salario mensual de Teodoro como funcionario con el de un funcionario en la actualidad (una media de 1000 euros mensuales). Imaginad que maravillosa herencia es la que recibe nuestro protagonista...
Teodoro es un personaje extraño, por un lado se vanagloria de ser ateo, pero por otro de ser devoto de Nossa Senhora das Dores y todo por precaución:
"Rezo, es cierto, a Nossa Senhora das Dores, porque así como apelé a la clemencia del señor catedrático para obtener mi diploma, así como imploré la benevolencia del señor diputado para conseguir mis veinte mil reis, y en su momento para librarme de la tisis, de la angina de pecho, del navajazo, de la fiebre que brota de la alcantarilla, de la resbaladiza cáscara de naranja con la que uno se rompe la pierna, entre otros males públicos, necesito contar del mismo modo con una protección extrahumana. Mediante la adulación o el incensario, un hombre prudente debe ir tejiendo una red de sabias lisonjas desde la Plaza del Comercio hasta el Paraíso Con un compadre en el barrio y una comadre en las alturas, el destino del bachiller está asegurado".
Una vez que recibe la herencia, Teodoro vivirá en la opulencia, criados, mansiones, orgías... y todo para olvidar que por culpa suya murió en la otra parte del mundo una persona. Finalmente los remordimientos lo hacen ir a China para intentar devolver parte de la riqueza a los familiares del Mandarín, que ahora viven en la pobreza pero el destino lo impedirá de manera que volverá a Portugal con todas sus riquezas.
Lo realmente importante del relato es la moraleja. Eça de Queiroz nos dice que la riqueza no da la felicidad si se consigue de un modo ilícito o amoral, de ahí que Teodoro a pesar de las orgías y fiestas se siente solo e infeliz, hasta tal punto que cuando va a morir deja la herencia en manos del Diablo:
"Me siento morir. Tengo acabado mi testamento. En él lego mis millones al Demonio, le pertenecen; que él los reclame y los reparta..."
¿Podríamos interpretar que quizá la muerte de Teodoro sea consecuencia de que otra persona haya tocado la campanilla para recibir esa herencia? En mi opinión Eça de Queiroz deja esa puerta abierta al permitir que el Diablo reciba la herencia y la reparta de nuevo.
Y lo mejor el final, por un lado el consejo de Teodoro, y por otro la certeza que éste tiene. El consejo es:
"Solo tiene buen sabor el pan que día a día ganan nuestras manos. ¡Nunca mates al Mandarín!".
Y la certeza de que en su lugar, cualquier ser humano hubiese actuado tal y como hizo él:
"Y sin embargo, a punto de expirar, hay un pensamiento que me produce un gran consuelo... no quedaría ningún mandarín vivo si tú pudieses tan fácilmente como yo, eliminarlo y heredar sus millones...".
Un relato que te enganchará de principio a fin ayudándose de las extraordinarias ilustraciones de Alberto Cedrón
Novela publicada en 1880 por el escritor portugués Eça de Queiroz
Personajes: Teodoro, Demonio.
FICHA
Editorial: Libros del Zorro Rojo
Formato: Tapa blanda
Año: 2013
Páginas: 94
Precio: 12 euros
Podríamos decir que estamos ante un cuento fantástico que en el fondo nos presenta una moraleja. Quizá por este hecho el relato de Eça de Queiroz provocó ciertos recelos entre la crítica de la época por no ajustarse a los parámetros establecidos por el propio autor a lo largo de su trayectoria: el realismo imperante en esos momentos (fines del siglo XIX).
La trama es la siguiente: Teodoro (narrador y protagonista del relato) recibe la visita del Demonio que le ofrece las riquezas del Mandarín a cambio de que toque una campanilla. En el momento que lo haga el Mandarín morirá y él recibirá la herencia. Por supuesto que Teodoro tocará la campanilla y al mes recibirá la herencia. He calculado que la herencia podría equivaler aproximadamente a unos 5.300 millones de euros actuales. Para calcularlo he equiparado el salario mensual de Teodoro como funcionario con el de un funcionario en la actualidad (una media de 1000 euros mensuales). Imaginad que maravillosa herencia es la que recibe nuestro protagonista...
Teodoro es un personaje extraño, por un lado se vanagloria de ser ateo, pero por otro de ser devoto de Nossa Senhora das Dores y todo por precaución:
"Rezo, es cierto, a Nossa Senhora das Dores, porque así como apelé a la clemencia del señor catedrático para obtener mi diploma, así como imploré la benevolencia del señor diputado para conseguir mis veinte mil reis, y en su momento para librarme de la tisis, de la angina de pecho, del navajazo, de la fiebre que brota de la alcantarilla, de la resbaladiza cáscara de naranja con la que uno se rompe la pierna, entre otros males públicos, necesito contar del mismo modo con una protección extrahumana. Mediante la adulación o el incensario, un hombre prudente debe ir tejiendo una red de sabias lisonjas desde la Plaza del Comercio hasta el Paraíso Con un compadre en el barrio y una comadre en las alturas, el destino del bachiller está asegurado".
Una vez que recibe la herencia, Teodoro vivirá en la opulencia, criados, mansiones, orgías... y todo para olvidar que por culpa suya murió en la otra parte del mundo una persona. Finalmente los remordimientos lo hacen ir a China para intentar devolver parte de la riqueza a los familiares del Mandarín, que ahora viven en la pobreza pero el destino lo impedirá de manera que volverá a Portugal con todas sus riquezas.
Lo realmente importante del relato es la moraleja. Eça de Queiroz nos dice que la riqueza no da la felicidad si se consigue de un modo ilícito o amoral, de ahí que Teodoro a pesar de las orgías y fiestas se siente solo e infeliz, hasta tal punto que cuando va a morir deja la herencia en manos del Diablo:
"Me siento morir. Tengo acabado mi testamento. En él lego mis millones al Demonio, le pertenecen; que él los reclame y los reparta..."
¿Podríamos interpretar que quizá la muerte de Teodoro sea consecuencia de que otra persona haya tocado la campanilla para recibir esa herencia? En mi opinión Eça de Queiroz deja esa puerta abierta al permitir que el Diablo reciba la herencia y la reparta de nuevo.
Y lo mejor el final, por un lado el consejo de Teodoro, y por otro la certeza que éste tiene. El consejo es:
"Solo tiene buen sabor el pan que día a día ganan nuestras manos. ¡Nunca mates al Mandarín!".
Y la certeza de que en su lugar, cualquier ser humano hubiese actuado tal y como hizo él:
"Y sin embargo, a punto de expirar, hay un pensamiento que me produce un gran consuelo... no quedaría ningún mandarín vivo si tú pudieses tan fácilmente como yo, eliminarlo y heredar sus millones...".
Un relato que te enganchará de principio a fin ayudándose de las extraordinarias ilustraciones de Alberto Cedrón
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