Homenaje a Cataluña
Escrita por George Orwell fue publicada en 1938 solo un año después de que el escritor inglés huyera de Barcelona en plena Guerra Civil ante la persecución que estaban sufriendo los militantes del POUM.
Personajes: George Orwell (ya que la novela está escrita en primera persona, el autor describe sus vivencias en el frente de Cataluña y Aragón dentro de las filas del POUM en el bando republicano).
FICHA:
Editorial: Debate
Formato: Tapa Dura
Año: 2011
Páginas: 280
Precio: 21,90 euros
Esta obra de Orwell es menos conocidas y valoradas que las celebérrimas 1984 o Rebelión en la Granja, pero tiene un nexo de unión con ambas la oposición frontal del autor ante el Totalitarismo.
Encontramos tres partes claramente diferenciadas: en la primera nos encontramos a un Orwell que nos describe su visión de los españoles y de la guerra a la que se enfrenta. En muchos pasajes esta parte es cómica, humorística e irónica con pasajes que nos pueden recordar a aquellos famosos monólogos de Gila, o a Pic-Nic de Fernando Arrabal:
"Los reclutas eran en su mayor parte chicos de dieciséis o diecisiete años de los barrios bajos de Barcelona, llenos de ardor revolucionario, pero totalmente ignorantes de lo que significaba una guerra. Era imposible incluso hacerles formar filas. No había rastro de disciplina; si a alguien le disgustaba una orden, rompía la formación y discutía a voces con el oficial".
"Recuerdo que una noche el santo y seña era Cataluña- heroica, y un muchacho campesino de cara redonda llamado Jaime vino a verme muy perplejo y me pidió que se lo explicara.
- Oye, ¿se puede saber qué es eso de heroica?
Le aclaré que era lo mismo que valiente. Poco después avanzaba a trompicones por la trinchera en la oscuridad cuando un centinela le espetó:
- ¡Alto! ¡Cataluña!
- ¡Valiente!- gritó Jaime, convencido de estar diciendo lo correcto.
-¡Bang!
Por suerte el centinela falló. En esa guerra todo el mundo fallaba el tiro, siempre que era humanamente posible".
Y un último ejemplo que recuerda mucho a Gila o Arrabal, y que por lo que se ve era normal en nuestra guerra pero no en otras (hasta ese momento) y no es otra cosa que la guerra psicológica:
"En la guerra de trincheras, cuando no se dispone de artillería es muy difícil causar victimas al enemigo sin sufrirlas uno mismo, por lo que, si uno puede inutilizar unos cuantos hombres convirtiéndolos en desertores, tanto mejo: los desertores son más útiles que los cadáveres, porque pueden proporcionar información. Pero al principio nos desanimaba y nos daba la impresión de que los españoles no se tomaban suficientemente en serio su propia guerra. El encargado de gritar las consignasen el puesto de PSUC que había a nuestra derecha era un auténtico artista. A veces, en lugar de gritar lemas revolucionarios, se limitaba a explicarles a los fascistas lo bien que se comía en nuestras líneas. Su descripción de las raciones gubernamentales ara un poco imaginativa:
- ¡Tostadas con mantequilla! - resonaba su voz por el valle solitario-. ¡Ahora vamos a dar cuenta de unas tostadas! ¡Deliciosas tostadas con mantequilla!.
Otros párrafos recuerdan al artículo de Mariano José de Larra Vuelva usted mañana:
"Entretanto, siempre que podía arrinconar al teniente exigía que me enseñasen a manejar unas ametralladoras. Sacaba mi diccionario Hugo de bolsillo y le espetaba en un castellano atroz:
- Yo sé manejar fusil. No sé manejar ametralladora. Quiero aprender ametralladora ¿Cuándo vamos a aprender ametralladora?
A modo de respuesta recibía siempre una sonrisa agobiada y la promesa de que me enseñarían a manejarla mañana. No hace falta decir que mañana no llegó nunca".
O:
"A los españoles se les dan bien muchas cosas pero no combatir. A todos los extranjeros les horroriza su ineficacia y sobre todo su desesperante falta de puntualidad. Lo quiera o no, un extranjero siempre acabará aprendiendo la palabra española mañana, siempre que es humanamente posible, los asuntos de hoy se posponen hasta mañana... En España nada, desde una comida a una batalla, ocurre a la hora acordada. Por lo general todo ocurre más tarde, pero de vez en cuando -lo justo para que no se pueda confiar en que será así- ocurre antes. Un tren que debe partir a las ocho lo hará normalmente entre las nueve y las diez, pero una vez por semana, gracias a un capricho personal del maquinista, saldrá a las siete y media".
En la segunda parte de la novela -que se entremezcla con la anterior- Orwell nos narra todas las vicisitudes que pasa tanto en Barcelona como en el frente.
Del frente sorprende lo poco que nos habla del contendiente fascista. Prácticamente se centra en las penurias que sufren, la falta de armas, la mala calidad que estas tienen o la dependencia que tenía el bando republicano de los soviéticos.
Todo esto siempre desde un punto de vista objetivo a pesar de militar en el POUM puesto que en ningún momento comenta nada que no haya vivido él en primera persona.
La última parte quizá sea la mas farragosa puesto que es en la que nos describe los diferentes partidos que formaban el bando republicano. Así sobre todo se centra en el POUM ( partido antiestalinista y comunista), en los anarquistas y en el PSUC (controlado por los comunistas pro-soviéticos y por tanto estalinistas). Prácticamente el bando republicano libraba dos guerras: una contra el bando sublevado liderado por Franco y otra dentro de su propio bando entre anarquistas, POUM y PSUC. Esto último fue lo que definitivamente acabó por debilitar a los republicanos.
De las relaciones entre las tres facciones republicanas Orwell tiene su propia opinión. Para el escritor el hecho de que solo la URSS apoyara al bando republicano le permitió controlarlo a través del PSUC, de manera que estos aumentaron su poder mientras que simultaneamente perseguía a sus adversarios anarquistas y antiestalinistas hasta aniquilarlos o encarcelarlos. Este motivo provocó la huida de Orwell hacia Francia toda vez que en Barcelona el PSUC inició la persecución contra el POUM a los que tachaba de ser la quinta columna de Franco en el bando republicano, mientras como escribe Orwell estos mismos milicianos eran los que daban su vida por la República.
Un libro interesante que en mi opinión está por debajo de Por quien doblan las campanas de Ernest Hemingway, (literariamente) y cuya mayor aportación es la magnífica descripción de las diferencias políticas dentro del bando republicano.
Por último indicar que este libro sirvió de inspiración al director de cine Ken Loach para que realizara su obra Tierra y Libertad. Os dejo el trailer de la película:
Escrita por George Orwell fue publicada en 1938 solo un año después de que el escritor inglés huyera de Barcelona en plena Guerra Civil ante la persecución que estaban sufriendo los militantes del POUM.
Personajes: George Orwell (ya que la novela está escrita en primera persona, el autor describe sus vivencias en el frente de Cataluña y Aragón dentro de las filas del POUM en el bando republicano).
FICHA:
Editorial: Debate
Formato: Tapa Dura
Año: 2011
Páginas: 280
Precio: 21,90 euros
Esta obra de Orwell es menos conocidas y valoradas que las celebérrimas 1984 o Rebelión en la Granja, pero tiene un nexo de unión con ambas la oposición frontal del autor ante el Totalitarismo.
Encontramos tres partes claramente diferenciadas: en la primera nos encontramos a un Orwell que nos describe su visión de los españoles y de la guerra a la que se enfrenta. En muchos pasajes esta parte es cómica, humorística e irónica con pasajes que nos pueden recordar a aquellos famosos monólogos de Gila, o a Pic-Nic de Fernando Arrabal:
"Los reclutas eran en su mayor parte chicos de dieciséis o diecisiete años de los barrios bajos de Barcelona, llenos de ardor revolucionario, pero totalmente ignorantes de lo que significaba una guerra. Era imposible incluso hacerles formar filas. No había rastro de disciplina; si a alguien le disgustaba una orden, rompía la formación y discutía a voces con el oficial".
"Recuerdo que una noche el santo y seña era Cataluña- heroica, y un muchacho campesino de cara redonda llamado Jaime vino a verme muy perplejo y me pidió que se lo explicara.
- Oye, ¿se puede saber qué es eso de heroica?
Le aclaré que era lo mismo que valiente. Poco después avanzaba a trompicones por la trinchera en la oscuridad cuando un centinela le espetó:
- ¡Alto! ¡Cataluña!
- ¡Valiente!- gritó Jaime, convencido de estar diciendo lo correcto.
-¡Bang!
Por suerte el centinela falló. En esa guerra todo el mundo fallaba el tiro, siempre que era humanamente posible".
Y un último ejemplo que recuerda mucho a Gila o Arrabal, y que por lo que se ve era normal en nuestra guerra pero no en otras (hasta ese momento) y no es otra cosa que la guerra psicológica:
"En la guerra de trincheras, cuando no se dispone de artillería es muy difícil causar victimas al enemigo sin sufrirlas uno mismo, por lo que, si uno puede inutilizar unos cuantos hombres convirtiéndolos en desertores, tanto mejo: los desertores son más útiles que los cadáveres, porque pueden proporcionar información. Pero al principio nos desanimaba y nos daba la impresión de que los españoles no se tomaban suficientemente en serio su propia guerra. El encargado de gritar las consignasen el puesto de PSUC que había a nuestra derecha era un auténtico artista. A veces, en lugar de gritar lemas revolucionarios, se limitaba a explicarles a los fascistas lo bien que se comía en nuestras líneas. Su descripción de las raciones gubernamentales ara un poco imaginativa:
- ¡Tostadas con mantequilla! - resonaba su voz por el valle solitario-. ¡Ahora vamos a dar cuenta de unas tostadas! ¡Deliciosas tostadas con mantequilla!.
Otros párrafos recuerdan al artículo de Mariano José de Larra Vuelva usted mañana:
"Entretanto, siempre que podía arrinconar al teniente exigía que me enseñasen a manejar unas ametralladoras. Sacaba mi diccionario Hugo de bolsillo y le espetaba en un castellano atroz:
- Yo sé manejar fusil. No sé manejar ametralladora. Quiero aprender ametralladora ¿Cuándo vamos a aprender ametralladora?
A modo de respuesta recibía siempre una sonrisa agobiada y la promesa de que me enseñarían a manejarla mañana. No hace falta decir que mañana no llegó nunca".
O:
"A los españoles se les dan bien muchas cosas pero no combatir. A todos los extranjeros les horroriza su ineficacia y sobre todo su desesperante falta de puntualidad. Lo quiera o no, un extranjero siempre acabará aprendiendo la palabra española mañana, siempre que es humanamente posible, los asuntos de hoy se posponen hasta mañana... En España nada, desde una comida a una batalla, ocurre a la hora acordada. Por lo general todo ocurre más tarde, pero de vez en cuando -lo justo para que no se pueda confiar en que será así- ocurre antes. Un tren que debe partir a las ocho lo hará normalmente entre las nueve y las diez, pero una vez por semana, gracias a un capricho personal del maquinista, saldrá a las siete y media".
En la segunda parte de la novela -que se entremezcla con la anterior- Orwell nos narra todas las vicisitudes que pasa tanto en Barcelona como en el frente.
Del frente sorprende lo poco que nos habla del contendiente fascista. Prácticamente se centra en las penurias que sufren, la falta de armas, la mala calidad que estas tienen o la dependencia que tenía el bando republicano de los soviéticos.
Todo esto siempre desde un punto de vista objetivo a pesar de militar en el POUM puesto que en ningún momento comenta nada que no haya vivido él en primera persona.
La última parte quizá sea la mas farragosa puesto que es en la que nos describe los diferentes partidos que formaban el bando republicano. Así sobre todo se centra en el POUM ( partido antiestalinista y comunista), en los anarquistas y en el PSUC (controlado por los comunistas pro-soviéticos y por tanto estalinistas). Prácticamente el bando republicano libraba dos guerras: una contra el bando sublevado liderado por Franco y otra dentro de su propio bando entre anarquistas, POUM y PSUC. Esto último fue lo que definitivamente acabó por debilitar a los republicanos.
De las relaciones entre las tres facciones republicanas Orwell tiene su propia opinión. Para el escritor el hecho de que solo la URSS apoyara al bando republicano le permitió controlarlo a través del PSUC, de manera que estos aumentaron su poder mientras que simultaneamente perseguía a sus adversarios anarquistas y antiestalinistas hasta aniquilarlos o encarcelarlos. Este motivo provocó la huida de Orwell hacia Francia toda vez que en Barcelona el PSUC inició la persecución contra el POUM a los que tachaba de ser la quinta columna de Franco en el bando republicano, mientras como escribe Orwell estos mismos milicianos eran los que daban su vida por la República.
Un libro interesante que en mi opinión está por debajo de Por quien doblan las campanas de Ernest Hemingway, (literariamente) y cuya mayor aportación es la magnífica descripción de las diferencias políticas dentro del bando republicano.
Por último indicar que este libro sirvió de inspiración al director de cine Ken Loach para que realizara su obra Tierra y Libertad. Os dejo el trailer de la película:
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